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Son muchas las empresas y organizaciones que son conscientes de no estar aisladas, de formar parte de un todo. Se pueden lograr los clásicos objetivos empresariales mientras que, además, velamos por cumplir cierta responsabilidad social, defender valores como la igualdad de oportunidades o comprometernos con el cambio climático.

En cuanto a los Objetivos de Sostenibilidad, para algunos puede ser una moda y hasta una forma de ganarse la vida. Para otros, como nos ocurre en Panespol, es un valor que interiorizar y defender. No cabe duda, que cuanto más compromiso se tenga, más empeño se pone y el logro es mucho mayor y gratificante.

Eso es lo que nos ha pasado en Panespol. Hemos adoptado como línea estratégica el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad, comenzando en 2019 nuestro particular aporte a mejorar este enorme barrio en forma de planeta en el que todos vivimos y del que tenemos la obligación de dejarlo mejor para sus futuros habitantes.

Existe muchas formas de medir esta lucha, pero una se ha impuesto como medida común a nivel mundial: la huella de carbono.

La huella de carbono es una medida del impacto ambiental que tiene un individuo, una empresa o una actividad económica en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono (CO2). Se mide en toneladas de CO2 y se refiere a la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente durante la producción, consumo y transporte de bienes y servicios.

Cualquier actividad la podemos transformar a su equivalente en toneladas de CO2, de forma que la huella de carbono total, se conformará de la suma de todas esas actividades medidas en términos de toneladas de CO2. Por ejemplo, podemos traducir el consumo de energía al utilizar combustibles fósiles como la gasolina, el diésel o el gas natural para la calefacción, la alimentación de maquinaria y electrodomésticos, la iluminación o el transporte, en gases emitidos a la atmósfera.

Del mismo modo, en la alimentación podemos medir las emisiones de metano y CO2 y calcular la huella de carbono de un buen filete de ternera. Lo mismo con el uso de medios de transporte como automóviles, aviones o barcos, que generan emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

En Panespol comenzamos nuestra propia cruzada en 2019. Todo comienza por una concienciación por parte de la dirección que debe orientar la fuerza, el compromiso y los recursos necesarios. De hecho, a día de hoy, todas y cada una de las personas que compartimos nuestro trabajo en Panespol, participan de este objetivo, estamos dispuestas a mejorar y nos sentimos orgullosas de los logros que se van obteniendo.


La huella de carbono total en 2019 fue de 181,22 toneladas equivalentes de CO2. No existen verdaderamente muchas referencias en el mercado, pero fuese poco o mucho, nuestra trabajo comenzó de forma intensa, hasta obtener la certificación ISO 14000, incluir reciclado en nuestros paneles y usar fibras de origen natural, productos que a día de hoy están protegidos por patente ya que son fruto de mucho esfuerzo e inversión para continuar a la cabeza de la innovación y el desarrollo de producto en nuestro sector.

En 2020, la huella de carbono fue de 120,02 toneladas equivalentes de CO2. Casi un 34% de reducción en tan solo un año. Era un gran noticia, pero que había que confrontar con la reducción de producción debido a la situación generada de la pandemia del covid-19. El reto, por lo tanto, estaba en la medición del 2021 al considerarse un año que podríamos catalogar de “normal” en la vida económica y productiva de Panespol.

Hace unas semanas, el ministerio de Transición Ecológica nos homologó la huella de carbono de 2021, resultando de 144,45 toneladas equivalentes de CO2, si bien mayor que 2020, un 20% inferior al que podríamos considerar nuestro año base de cálculo del 2019.

Nuestro compromiso con el medioambiente para reducir la huella de carbono es total. Hemos desarrollado un Plan de Acción Climático con el que hemos medido la huella de carbono de los últimos tres años, pero también tenemos una hoja de ruta que nos permitirá reducir, e incluso neutralizar, los impactos generados por nuestra actividad comercial.



Estamos contentos, no solo por nuestro aporte sino por que de nuevo mostramos el necesario liderazgo en el sector. Pero no estamos satisfechos, de modo que queremos hacer público nuestro compromiso, de que nuestra actividad, cada año un poco más, será más sostenible.

Juan Ramón Granell – Panespol General Manager


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